APUNTES IMPRECISOS SOBRE LA NECESIDAD DE AMPARO

Una vez disgregado todo aquello que suponía las bases de lo establecido, el sustento de la vida, del desarrollo de la misma; perdido el sentido de las directrices, no habiendo amparo, cuando es precisamente el amparo lo que nos mantiene vivazmente vivos, todo es irresolución.

Cuando no puede lograrse una conectividad eficiente entre lo pensado y lo ejecutable surgen innumerables irradiaciones en el proceso cognitivo, las cuales tratan de lograr esa relación que consiga efectuar el procedimiento buscado, la consecución de realizar con certeza, o con el mayor número de signos razonables de la misma, el acto que conlleva a lo premeditado.

Cuando esta ramificación se extiende sin llegar a ninguna resolución considerada por la razón como factible, el proceso de ramificación se extiende y vuelve a diversificar cada una de sus ramas, pues es necesario encontrar esa interacción que contenga un porcentaje de posibilidad real.

Este proceso cuanto más se amplía más requiere de la capacidad neuronal, la cual ha de ir generando los procesos suficientes, que también han de ser «juzgados», discernidos por la propia mente.

Ahí es donde reside la causa de la abnegación del raciocinio, el estrés mental cuando ésa conectividad deseada no llega. Se inicia a su vez de forma involuntaria otro nuevo proceso mental de interconexión, esta vez, buscando la causa que impide encontrar la relación entre lo pensado y su ejecución.

Coexisten pues a la par dos procesos; el originario de la búsqueda y el de nueva formación, el de la búsqueda de la incapacidad primera.

En este punto la propia capacidad neuronal comienza a ser insuficiente y ella misma cede dedicación de asuntos mundanos a estas dos causas consideradas vitales. Se produce entonces una pérdida de conectividad con lo establecido como normalidad (lo mundano), una desconexión con lo que nos relaciona exteriormente y/o con lo exterior.

Recuperamos ahora el ámbito del amparo, siendo éste ese lugar donde la mente no necesita hacer uso del raciocinio. ¿Qué ocurre sin él?

(27/02/2018)

Reflexiones sobre la belleza.

La belleza condicionada por un canon y otorgada de forma arbitraria por la propia naturaleza contiene una bifaz. Por un lado, como algo natural, presenta una armonía capaz de invadir profundamente en la esencia de hombres y mujeres. Ostenta una potencia irresistible y es ardua la labor de abnegarse a ella; nuestra condición es sucumbir.

Por otro, es una herramienta tergiversada. Toda la armonía natural ahora es puesta bajo el régimen autárquico de un hipotético yo, se le ha puesto un yugo en forma de practicismo.

¿Sacar beneficio a un don es lícito, humanamente lícito?

¿Eregir la valía propia desde ese don es veraz? ¿Se es lo que se es por lo impuesto de forma innata o por todo aquello conformado con independencia del don?

¿Qué papel tiene la justicia en todo esto?
Si lo determinando por orden natural es completamente explotable, si el azar originario es rentabilizable, en plena consciencia de que la justicia es una invención humana surgida desde una moral indefinida
¿Tiene sentido hablar de lo justo?

Si la justicia aplicada al desarrollo propio, desde lo propio inalienablemente otorgado no tiene validez, ¿qué compadece a los indones?
Qué les resta sino la resignación.

LA IMPORTANCIA DE LAS IMPORTANCIAS

(Dudas sobre el fuego y el ser)

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A finales del mes pasado (febrero de 2018) surgió una noticia la cual ha convulsionado en cierta manera el mundo de la ciencia, concretamente aquellas que estudian la evolución del ser humano.

Los resultados obtenidos en la datación de unas pinturas rupestres  en la cueva  La Pasiega (Cantabria) indican que éstas tendrían unos 64.800 años de antigüedad, convirtiéndose en las pinturas, conocidas hasta el momento, más antiguas de la historia de la humanidad. Seguir leyendo «LA IMPORTANCIA DE LAS IMPORTANCIAS»

Comprendo que no comprendan

Comprendo que no comprendan
que sea capaz de comprender ciertas cosas
como la querencia de la muerte.

Y esa es de esas envidias que tengo,
envidia a la vidas que no comprenden ciertas cosas
por no haberlas vivido para comprenderlas.
Quien comprenda esto
será tal vez
porque comprenda más de la cuenta,
de lo necesario,
de lo querido.

Pero,
-dichosos peros-
comprender también es expandirse.
Extenso soy entonces
y no quiero decir nada más con eso.

A veces,
decir cosas sólo es eso,
mero pronunciamiento
y nada más.

Dedicatoria abierta.

– A los que están por venir y a los que han de morir.

Sonríe poeta.

Tú que no vacías ni mancillas al verbo;

sonríe.

Hazlo, aunque sea una única vez,
con orgullo, incluso egoísmo.
Hazlo aunque te duela hacerlo;
aun no le encuentres sentido ni recompensa alguna.

Tuya será la capacidad
de seguir dando latidos
desde tu muerte.

Anotaciones sobre la naturaleza I

Cómo se afronta la vida cuando es incontinencia,
cuando el cuerpo no responde como solía hacer;
vista la fragilidad en cada intención
por tratar de mantenerse no viejo,
impertérrito ante lo evidencial del tiempo.

Sólo quien conoce el triste privilegio de asistir al palco
desde donde se presencia el devenir de una vida,
su invicta declinación hacia la futilidad,
sabe desarrollar correctamente el miedo a la vejez;
pues conoce de sus artimañas
y de su poca nobleza
en lo que respecta a la ejecución de su trabajo.

Sobre la paradoja

Si lo primero que hacemos es acudir a la Real Academia de la Lengua Española encontraremos que aparecen  dos definiciones. La primera de ellas hace referencia a «Hecho o expresión aparentemente contrarios a la lógica»; la segunda se centra en la figura retórica empleada como «Empleo de expresiones o frases que encierran una aparente contradicción entre sí.»

La propia variación entre «contrarios a la lógica» y «contradicción entre sí» abre una brecha más que significativa.

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De personas, artistas y recuerdos. O eso que algunos llaman trascendencia.

Cree el poeta, como cree el literato, el que esculpe, pinta o el compositor, que sus obras serán el medio para perpetuar su recuerdo. Más lejos de lo cierto, a Goya, a Bernini, a Beethoven  o Shakespeare no los conocemos, siquiera recordamos lo que hicieron en vida, pues su recuerdo, a pesar ya de ser imperecedero se basa en la genialidad y fría trascendencia de sus obras.

Más no queda ya recuerdo del ser de esas manos que pintaron, esculpieron, hundieron en tinta la pluma u oprimieron cada una de las teclas del piano. No queda el recuerdo de las mentes que pensaron, del color de los ojos que vieron, de los pies que caminaron y de las voluntades humanas que movieron los corazones de aquellos seres que, creemos conocer; que creemos que recordamos, mientras somos completos desconocedores, cual ciego en la más silenciosa y cerrada noche, de la Persona que tras ese artista hace tiempo fue  y hace tiempo dejó de ser.

De defender lo indefendible. Vol I

Hay quien en la prostitución encuentra el alivio que otorga, ya no el sexo, ya no el poder ni el control; si no la rabia reprimida por el abandono y el «apartheid» de la sociedad hacia ellos.

La indiferencia con la que tratan el cuerpo del que entran y salen con ímpetu, pero sin objetivo, tan sólo es su forma de devolver al mundo esa misma indiferencia que en algún momento el mundo les devolvió a ellos; pudriéndose en ese acto y hundiéndose más en la miseria de la vergüenza y la incomprensión. Pero claro, qué importa eso a alguien a quien sólo le queda ese intervalo de media hora para sentirse vivo, aunque sea una farsa vivida. Un vívido espejismo de media hora al que se llega tras una vida sin vivir lo que les vendieron como vida.

Música, libros, escribir, café, conversaciones, risas, cerveza.

Apago la mirada hacia mí.

¿Huir y refugiarse es lo mismo?

Música, libros, escribir, café, conversaciones, risas, cerveza.

Escribir, libros, conversaciones, cervezas, risas, música… Hay muchos órdenes.

Quiero creer que a pesar de nuestras personalidades, infinitas, la verdad propia, y hablo de la Verdad, tiene que acometernos a todos por igual en la intimidad  de nosotros con nuestro tiempo y conciencia.

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