EL TIEMPO APREMIA AL VERBO QUE PROCURA

Debemos aprender y procurar el sutil verbo,
por el motivo que nos apremia.
No es otro que vivir en dignidad,
bajo la condición regalada de ser.

Es el sacrificio una fiesta,
debemos celebrarlo,
porque en él haremos encuentro;
la gesta devendrá.

No es esto un llamamiento a la sangre, no a la pérdida.
Aquí llegarán las sumas de todo apremio por hacer
de cada persona,
su duda y el ímpetu por resolverla.
Se formará el concilio, humano e inmaculado,
donde extinguida la acérrima mismedad,
la cerrazón obtusa
y el empeño por la inmediatez simple y banal,
quedará al fin descubierta la esencia.

La labor, el deber, el trabajo aunado,
dispuestos por cada una de las vidas,
-el sudor siempre presente-
formarán el cisma;
el verbo entonces será recíproco
y nos procurará.

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